17 azaroa 2017
En la Tarifa 2.0 DHA la distribución de los periodos valle (precio del kWh más barato) y punta (precio del kWh más caro) se divide en 2 horarios según sea invierno o verano:
Partiendo de un estudio de los precios de diferentes comercializadoras de electricidad, la conclusión es que con un consumo entre el 30-35% en horas valle sale rentable estar en una tarifa con discriminación horaria. Con Som Energía menos del 30% (cargamos un poco más al kWh de la tarifa 24h).
En el cuadro hay que tener en cuenta que Endesa, Iberdrola y Holaluz, en su propuesta de tarifa 2.0A, cambian a sus clientes a discriminación horaria cobrándoles un precio “rebajado” igual las 24h. Alguna como Holaluz, hasta asume el precio de cambiar la tarifa (9,04€+IVA) ¡Y les sale a cuenta!
En el ejemplo propuesto, 2.000kWh de consumo anual y 3,45kW de potencia contratada.
Consideramos 60Wh de consumo fijo (frigorífico y consumo fantasma) las 24h del día, lo que representa 1.440 Wh, teniendo en cuenta que el horario valle suponen 14h del día, el consumo en horas valle será de 1.440Wh x 14h/24h = 840 Wh/día, por lo tanto, al año (365 días) serán 306,6 kWh en valle de consumo fijo (frigorífico y fantasma), lo que representa el 15% del consumo total (2.000 kWh). Solamente con consumir otro 15-20% más en horas de tarifa valle ya compensaría económicamente en la mayor parte de las comercializadoras.
Sin obsesionarse ni cambiar mucho los hábitos, es fácil conseguir un consumo 50/50 y lograr ahorros de un 10% o más.
Siguiendo con nuestro ejemplo de un consumo anual de 2.000kWh, pagaremos de peajes de acceso por la energía consumida, 88,05€ con un contrato 24h, el mismo precio con un porcentaje de consumo P1/P2 de 70/30, mientras que con un porcentaje de 50/50 se paga un 27% menos en peajes y el 40% menos con 40/60.
Los consumidores estamos muy mal acostumbrados en los hábitos del consumo eléctrico, le damos al interruptor a cualquier hora, siempre hay luz y no es excesivamente caro para la mayoría de la población.
Lo que hay detrás del acto de consumir electricidad, tiene consecuencias que se nos escapan a la mayoría de l@s mortales. Toda una enorme estructura de generación está detrás y dependiendo de la demanda a cada hora del día, se ponen en marcha los sistema de producción, empezando por los más baratos (simplificando mucho), atómica, hidráulica y renovables, después entran en acción las centrales de carbón y gas, por lo general a precios más caros. Nuestro pequeño acto (junto los de otros much@s) de derivar parte de nuestro consumo a horas valle, implica que la punta de consumo global será menor y por lo tanto las centrales más caras “trabajarán” menos. Y hay que tener en cuenta que también son las más perjudiciales para el clima por su alta emisión de CO2.
Dos ventajas para un pequeño compromiso, abaratamos el precio y cuidamos el planeta. De todas las formas, siempre hemos de tener en cuenta que la electricidad más barata y menos contaminante es la que no se consume.
Sólo el cambiar a una tarifa con discriminación horaria ya implica un mínimo de interés sobre nuestra forma de consumir la electricidad. Unos pocos euros que no vamos a pagar de más y una forma de consumir de forma más consciente.
Para afinar con nuestros datos y constatar que nos interesa tener una tarifa con discriminación horaria, tenemos otra entrada al blog que nos puede ayudar.
Si miramos el interés del consumidor, la tarifa con discriminación horaria debería ser la “normal” y el precio único las 24h, la excepción.
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